Corrimos 2500 personas en tres
modalidades: individual, equipos (ambos corrían la distancia completa, o sea 27
km) y postas –de cuatro corredores-. La meteorología acompañó como siempre lo
hace con esta carrera, con un sol grato que acaricia sin agobiar y que permite,
luego de la carrera, un “after race” extenso, charlando con los colegas de
nuestras sensaciones, nuestras carreras futuras, etc. Como suele ocurrir,
comenzó puntualmente y en los lugares de recambio de las postas había adecuada
hidratación y alguna fruta. No resultaba necesario cargar hidratación propia
–ni era requerido- aunque muchos lo hicieron más como entrenamiento para el
Columbia Cruce de los Andes, me parece, que por necesidad. Había también
adecuada cantidad de baldes de pintura oficiando de cestos para depositar alí
geles u otros embalajes de alimentos.
Se produjo una paradoja en la
definición del ganador de la carrera. El Club de Corredores toma el tiempo
bruto y no el neto –como claramente debe ser, como se toma en todas las
carreras en EE UU y en Europa- y esto causó que quien ayer recibió el primer
premio –Juan Carlos Rodriguez- no fue quien menos demoró en correr la
distancia, pues Santiago Coria le ganó por nada menos que 62 segundos (una
eternidad a este nivel) aunque fue considerado segundo. Es necesario cuanto
antes cambiar el criterio de brutos y netos pues si no seguirán produciendo
injusticias como esta. Rara vez este criterio implica un cambio nada menos que
en el ganador, pero esta vez ocurrió. Ojalá se haga justicia con Coria, como
estoy seguro es el deseo también de Juan Carlos Rodriguez.
En damas no hubo discusión alguna.
Por “paliza” inapelable ganó en la general damas Cecilia Urtubey que cuenta con
algunos añitos más que muchas de sus competidoras. Nos abstendremos por razones
obvias de decir cuantos…
Pocas horas después de la carrera ya
se habían retirado todas las vallas y carpasusados en la carrera. Temprano en
la mañana del lunes las cuadrillas de la municipalidad dejaban todo impecable –
nivel de barrer la calle como yo no barro mi casa-.Esto es importante para que
los vecinos no generen rechazo a la carrera.
Hubiera sido una gran fiesta de no
habernos enterado que un colega falleció en la línea de llegada. Creo que es la
primera muerte en una Carrera del Club de Corredores y algo inevitable
estadísticamente hablando. Un día iba a ocurrir, pese a que se exige Apto
Médico para la inscripción.
Una jornada hermosa que finalmente,
nos dejó un sabor amargo.